Llegaba el primer cartel fuerte de rejones a Las Ventas y en él, el rejoneador del momento, ese que me hace ir a ver los rejones, Diego Ventura.
La tarde empezaba con una oreja para él, para calentar la tarde y entreabrir su nueva Puerta Grande. En todo momento los tendidos estuvieron del lado de Diego, levantándose a aplaudirle a poco que hacía. Había ganas de verle, pero hoy no le vimos a su mejor nivel. Es cierto que estuvo bien, pero es que su mejor nivel es muy, pero que muy alto, y aquí en Madrid lo sabemos bien. Le hemos visto mejor. Hoy no tuvo los mejores toros, y a pesar de ello, los llevó cosidos sobre el gran Nazarí, pero no tuvo demasiada precisión con las banderillas. Él sabía que no eran los mejores toros para lucirse y se guardó alguna de sus armas, como Dólar, para que la gente tenga ganas de irle a ver en su próximo mano a mano el día 9 de junio. Consiguió momentos Importantes (sí, con ese caballo que así se llama) haciendo ceñidas piruetas, pero dejó demasiados gestos para la galería, que lucen los caballos (y tienen gran complejidad en la doma), pero poco tienen que ver con el toreo fundamental. Más aún tiró de estos recursos un Leonardo Hernández que tuvo mejores toros pero aún así, no logró templarlos como Ventura. Diego Ventura cortó una oreja del quinto de poco peso, que le abría la Puerta Grande (ya que al primero, como ya hemos contado le había cortado otra), y Leonardo, del sexto tras pinchar una buena faena, de oreja. Sin embargo, después de fallar con el rejón, no debería haberla cortado, pero ya sabemos que en rejones Madrid parece un pueblo, una fiesta. De hecho, a Diego Ventura le pidieron la segunda oreja en el quinto, pero el presidente Magán aguantó muy bien, a pesar de que en rejones las orejas se dan mucho más fácil en esta plaza. De los toros de San Pelayo, poco que desatascar. De muchas más opciones el lote de Leonardo (en especial, el segundo toro), pero fueron, en general, mansos, que se dolieron en los castigos, huyeron a tablas, e incluso uno, saltó al callejón amagando varias veces con repetirlo.
Crítica taurina 
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