Con el «no hay billetes» colgado prácticamente desde que salieron a la venta las entradas para San Isidro, parecía ser el de hoy un cartel en el que pasarían cosas (al menos, esa era la creencia del gran público), pero poco pasó. No lo calificaría de petardo (como sí lo fie ayer), pero se esperaba mucho más, sobre todo, por parte de los toros (y no solo hoy, sino en todas sus apariciones en la feria).
Recordemos que el 23 de mayo en un cartel estrella sí que dió Victoriano un petardo importante, en el mano a mano de la Corrida de la Cultura echaron un toro interesante en varas y ya (de dos que lidiaron) y hoy, unos mansos sin fuerza alguna.
Espero que Victoriano vuelva a buscar ese punto de casta, porque es una ganadería que siempre me ha gustado y ha destacado por su regularidad (en especial aquí, en Madrid).
Con tan poco material Manzanares (uno de mis toreros predilectos), solo dejó algún pasaje estético que dijo poco y Castella (que llegaba tras todo aquello que acaeció el miércoles), se justificó, en especial, en el cuarto. A este toro, el galo le ligó buenas series pero la faena se diluyó. En realidad fue su clásica faena (inicio con cambiados por la espalda, series ligadas predominantemente con la mano derecha y arrimón final). Eso sí, hubo un natural cumbre. En ambos toros, el francés se atascó con los aceros.
Pero hoy, mucha gente venía a ver al mediático Cayetano, un torero de la prensa rosa que hacía su única comparecencia en el ciclo isidril.
Estuvo muy valiente, tirando de raza toda la tarde, algo que le sobra, pero aquí hace falta algo más para cortar una oreja. Es más, me gustó más en el sexto que en el tercero, en el que encima se encaró desafiante con el tendido 7 al recibir la oreja, ante la tremenda bronca (en especial, al presidente).
El problema, es que en el sexto se quedó sin toro, pero a sabiendas de que tenía media Puerta Grande, se fue a porta gayola, galleó llevando al toro y empezó la faena de rodillas. Ganas no le faltaron, aunque me gusta más otro concepto no tan «populista», pero si le protestábamos algo ya teníamos ahí a un familiar suyo para recriminárnoslo (eso sí, con mejores formas que otros).
PARA HACÉRSELO MIRAR, VICTORIANO

Muy acertadas las crónicas de estos días. He empezado a leerte hace poco y estoy seguro que lo seguiré haciendo. Solo me gustaría decirte que usas mal y en exceso los paréntesis. Todas esas aclaraciones no precisan de paréntesis y resultan muy desagradables para la lectura.
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