UN RABO MENTIROSO

9 de junio de 2018. Hoy Diego Ventura ha cortado un rabo en Las Ventas siendo el primer rejoneador en lograrlo. Además, la última vez que se concedieron los máximos trofeos en la Monumental (contando las corridas de a pie) fue en 1972, yendo a parar a las manos de Palomo Linares.
Tarde histórica por la tanto la de hoy… ¿O quizás no?

La diferencia entre Diego y el resto de rejoneadores es abismal, un abismo tan grande como te lo puedas imaginar. De hecho, hoy competía con uno de los mejores de su escalafón, Andy Cartagena… pero es que no hay color. Mientras Andy dio una exhibición de doma, Ventura hizo el toreo. Ahí radica la diferencia entre ambos. Andy Cartagena realizó saltos, piruetas… malabarismos a caballo en definitiva, pero todo fuera de la cara del todo. A pesar de todo, salió por la Puerta Grande, con dos orejitas de nulo peso, pero eso en los rejones no importa, porque aquí se regalan.

Como fue un regalo el rabo a Diego Ventura, de hecho, le agradeció al presidente en varias ocasiones su generosidad, a sabiendas de que ha hecho obras mejores en esta plaza.
Hace dos años bordó el toreo con el máximo esplendor de su cuadra, pero en especial con un caballo que en esa ocasión sí que dió una tarde histórica, pero el «Sueño» de cortar un rabo de Diego se esfumó por los aceros. Hablo de su sueño, porque fue «Sueño» precisamente el caballo que aquella tarde se encumbró.
Ya un año antes, Madrid le había pedido el rabo a Diego Ventura, por lo que quizás, el público sentía que tenían una deuda con el torero y le regalaron el rabo en el momento más inoportuno. Es más, ni siquiera usó en esa faena a «Nazarí», ese excelso caballo que templa los toros como ninguno, y precisamente, lo demostró tanto en su primer toro como en el último, siendo esta obra (la del sexto), la más rotunda. Si lo llega a matar, debería haber sido otro rabo, porque había sido mejor faena que la del tercero. Con este listón puede salir con varios rabos de su encerrona en Otoño… ¡Y yo que pensaba que para cortar un rabo la faena debía ser perfecta de principio a fin! Pues el caso es que el rejón en la faena del rabo le cayó un puntito atrás y caído (eso sí, muy poco). Además, el punto más álgido de la faena lo alcanzó al clavar su ya clásico par a dos manos sin cabezada con «Dólar», tras dos pasadas en falso, que en lugar de quitarle méritos para el rabo, le sumó, ya que la gente lo vio como algo imposible, y cuando la tercera fue la vencida, Madrid se puso patas arriba.

También montó un «Lío» muy gordo con el sexto como antes contaba, pero no solo con «Nazarí», si no también con «Lío», clavando grandes pares al quiebro, y después toreando con la muleta… pero ya con el toro con la espada dentro. Eso sí, le sacó un par de molinetes que recordaron mucho a los que da su vecino de La Puebla.
A este sexto toro lo había recibido quebrando a «portagayola» y, también, se fue a chiqueros en el del rabo, garrocha en mano. Muy de agradecer esa variedad.

Con un total de 7 orejas y un rabo (5 y rabo para Diego y dos orejas para Andy), se cerró la tarde. En rejones siempre se han dado las orejas más fácil que a pie. Puesto que el listón a pie cada año baja progresivamente, el de rejones también lo hace, siendo aún más fácil cortar apéndices. Eso sí, que el mentiroso rabo no tape la gran tarde del rey del rejoneo. Sinceramente, creo que lo mejor sería que se dejasen de dar orejas y rabos y cada uno que valore mentalmente las sensaciones que ha vivido cualitativamente y no cuantitativamente.