Con el Domingo de Ramos ya a la vista y una corrida de Victorino en Las Ventas, vuelve la ilusión del aficionado, pero hablar de Domingo de Ramos y Madrid, es recordar a Fandiño. Eso sí que fue una gesta… y no lo que nos venden ahora de aceptar un bombo con nueve ganaderías apetecibles por los toreros y una dura.
Partido de Resina, José Escolar, Victorino, Adolfo, Cebada Gago y Palha fueron las seis ganaderías escogidas por Iván Fandiño para su encerrona.
¿Se imaginan un bombo con estas ganaderías? Yo desde luego que no, porque no se habría apuntado casi nadie. De las figuras, ninguna, por supuesto, pero el problema es que los jóvenes tampoco.
Hay muchos aficionados que piensan que cuando estas figuras de hoy en día se retiren, se volverá a abrir el abanico de encastes, pero lo cierto es que en este San Isidro, sin muchos de ellos, tampoco los jóvenes han apostado por ganaderías de las llamadas duras. Es más, hay menos ganaderías de este tipo que en la feria del año pasado.
Olé por Roca Rey que ha aceptado el sorteo y le ha tocado la de Adolfo, pero más que gesta es un gesto. Gesta lo de Fandiño o lo de Talavante, que se encerró con seis «victorinos» en 2013, aunque ninguna de las dos tardes acabase bien. Ahora mismo, la última encerrona fue la de Diego Ventura, que además, mató dos toros de Miura, pero no es lo mismo a caballo que a pie.
Se echa en falta esa ambición de los jóvenes o de emergentes que digan, «yo quiero seis toros en Madrid para ponerme ya en figura». Por eso mismo, aunque muchos aficionados piensen lo comentado anteriormente de que cuando se vayan estas figuras se volverá a la variedad ganadera, yo no lo creo. Si no apuestan ahora, en el futuro, menos.
El Juli y, sobre todo, Ponce han matado de todo en sus inicios y cuando han podido mandar, han exigido sus ganaderías predilectas, pero los jóvenes de ahora imponen sus condiciones desde que toman la alternativa. Roca se puso en figura desde el primer momento y, tras cuatro años de matador, toreará su primera corrida dura en San Isidro y porque así lo ha querido el azar. De lo contrario, tampoco habría elegido Adolfo.
Manzanares y Cayetano, más de lo mismo, no se han querido dejar ver apenas con estas ganaderías y ya han tenido años para hacerlo. Ahora ya sí que no lo van a hacer.
De los jóvenes, Ginés Marín estoqueó un Victorino el año pasado en Olivenza, ¡uno!, y para de contar, aunque al menos ha aceptado el sorteo tanto de Otoño como el de este San Isidro.
Álvaro Lorenzo, parecido, aunque a él en Otoño le cayó la de Adolfo Martín, pero su experiencia con los grises era una corrida de Victorino, eso sí, en Bilbao.
Román es, de los jóvenes, el que más se apunta a todas, pero no le veo en figura.
Pablo Aguado que está en boca de todos por su excelente concepto del toreo tampoco quiere saber nada de algo que no venga de Domecq. De hecho, ni aceptó el bombo de Otoño, ni ahora el de San Isidro. Puede pensar que le ha salido bien, porque quizás si le hubiese tocado la de Adolfo o incluso la de Fuente Ymbro y se le llega a ir un toro encastado, ahora nadie hablaría de él, pero si no hubiese sido por el desafortunado percance de Ureña que le hizo coger la sustitución de la Feria de Otoño, ahora estaría anunciado una tarde en Sevilla y otra en Madrid, siendo un torero más, en vez de todas las oportunidades que va a tener.
Gonzalo Caballero no entró en el pasado San Isidro por no querer ganaderías como La Quinta o Baltasar Ibán. Después vino su famosa rajada en la gala de presentación de San Isidro.
Este año está anunciado con El Pilar, es decir, Domecq, que es lo que buscaba.
Tampoco entró hace dos años en Bilbao por no aceptar matar la de Miura.
Independientemente del toreo de estos, que en algunos casos me gustan bastante sus formas, no les veo lanzando la moneda al aire a ninguno de ellos.
Está claro que ahí están Emilio De Justo y Octavio Chacón dando la cara con todas las ganaderías y triunfando, pero no son toreros nuevos, aunque sí sean nuevos en las principales ferias. Llevan años de alternativa en la sombra toreando lo que nadie quiere, y ahora su oficio les hace poder a la gran mayoría de los toros. Es lógico que no abandonen a las ganaderías que les han ayudado a abrirse paso, aunque puedan combinarlas con otras más comerciales, sobre todo en el caso de Emilio De Justo, por la estética que imprime a su toreo.
A Chacón, sin embargo, sí que le veo más en el circuito de las duras únicamente, donde puede convertirse en el líder indiscutible en este momento que estas corridas no tienen uno bien definido. Se podría decir que Manuel Escribano ha sido el referente en los últimos años, primero acompañado por Rafaelillo y, últimamente, por Pepe Moral, pero las cornadas también le han hecho parar mucho tiempo.
En Octavio Chacón veo torero para estas corridas durante los próximos años sin ninguna duda.
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