Se esperaba mucho entre los aficionados la corrida de Cuadri, la última que lidiarán en Las Ventas bajo el mano de D. Fernando Cuadri, un ganadero importantísimo y una humilde persona, que siempre ha ido con la verdad por delante.
Por eso, había ganas de que sus toros le diesen un buen homenaje en unas horas bajas de la ganadería onubense.
Una pancarta en el «7» mostraba su admiración al ganadero, pero lo cierto es que la corrida empezó mal desde el desembarque de los toros. Se pegaron entre ellos y, el castaño (que recordaba por su pelaje al gran «Ribete»), se tuvo que quedar fuera.
La corrida, muy pareja en presentación, con un punto más de trapío cada toro que salía y mucha caja (como es típico en la casa), no dió ninguna opción. Una mansada masacrada en el caballo, todo hay que decirlo.
Animales con peligro sordo, que esperaban y no tenían recorrido.
El quinto sacó algo más de clase, aunque el mejor fue el sexto.
Este «cierraplaza» de nombre «Goyesco» enamoró a la plaza por su seriedad. Acapachado y con 640 kilos. Un tacazo.
Se comió a Chacón en el capote y, por ello, se le pegó durísimo en varas. Se lo cargaron como ha pasado con tantos toros de esta ganadería en los últimos años.
Fue el único toro que empujó en el caballo.
Encastado y con genio, Chacón no vio como meterle mano y el toro se vino pronto a menos y ya no pasó.
Mala feria la que ha hecho el de Prado del Rey. Demasiadas tardes para él.
Con su primero no tuvo opciones, como tampoco las tuvieron Rafaelillo ni López Chaves en los primeros de sus lotes. La primera parte de la corrida no tuvo un pase.
Además, el de Ledesma alargó en exceso su faena.
Con el quinto anduvo Rafaelillo sin cargar la suerte, a pesar de echar siempre la pierna adelante, pero no es lo mismo, aunque a veces se confundan estos términos. La echó de una forma antinatural, sin acompañar con el cuerpo, siempre retorcido, en un «sí, pero no», prevenido por si había que retrasarla.
Domingo López Chaves volvía después de mucho tiempo a Las Ventas por méritos propios. Se pudo ver su buen momento.
Tragó muchas miradas de los toros. Aunque estuvo algo acelerado con el capote, estuvo muy lidiador.
Al quinto le sacó un par de series al natural buenas, vertical, y ya más templado.
No estuvo bien con la espada en este toro, pero saludó dos discutibles (y discutidas) ovaciones.
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