Ya es una realidad. Vuelve Alejandro Talavante. Lo hará en la plaza de toros de Arles el 11 de abril en un mano a mano con Juan Leal.
No creo que este fuese el cartel que todos los aficionados esperábamos. Está bien dar oportunidades a los toreros jóvenes y más en su tierra, pero poner a Juan Leal a competir con Talavante de tú a tú en el día de la reaparición del extremeño es como un partido entre un equipo Champions y uno de segunda. Además, tienen conceptos casi opuestos. El espacio – tiempo de Talavante contra el arrimón de Juan Leal. Hay que tener paciencia para tragarse tres toros del galo.
En segundo lugar por la plaza: Juan Bautista ha cerrado una excelente Feria de Pascua, con la encerrona de Diego Ventura, la vuelta de Talavante, la de Rafaelillo y un cartelazo en Resurrección (Ferrera, Manzanares y Ureña), el día que Sevilla se lleva todos los focos.
Sin embargo, ni Arles ni, en general, Francia han sido nunca focos del «talavantismo». Sí lo habría sido Olivenza, Valencia o Madrid… que en Resurrección también hay toros en la capital.
Quizá, que la vuelta de Alejandro sea en Francia solo sea un signo más de que nos están adelantado por la derecha, por la izquierda y por todos los lados.
De hecho, la gran corrida de este siglo fue en otro coliseo francés: la encerrona de José Tomás en Nimes en el año 2012.
Precisamente, se especula con que Talavante quiere volver «a lo José Tomás». Lo primero que tenemos que hacer es definir qué es volver «a lo José Tomás»: es volver toreando entre poco y nada, casi como un regalo esporádico al aficionado, compartiendo cartel con quién él quiera, eligiendo los toros y cobrando un pastizal. Pero no lo olvidemos, también es jugándose la vida cada vez que pisa el albero y jugándosela para torear en el más amplio sentido de la palabra: ofreciendo el pecho, la femoral, con pureza y clasicismo y una dosis sin igual de verdad.
Hace unos días se hacía viral una extensa entrevista de un tiempo atrás con el torero extremeño en la que afirmaba: «Cuando torea José Tomás, ¿se ven peligrar las corridas de toros? No. Pues entonces habrá que torear como José Tomás».
Yo solo sé que del dicho al hecho, hay mucho trecho. Si alguien se puede parecer a José Tomás, sobre todo por ese excelso toreo al natural, es Talavante. Pero las apariencias engañan. Talavante nunca ha tenido el temple del monstruo de Galapagar, ni se los ha pasado tan cerca como este. Tiene más variedad con la muleta Alejandro, eso sí.
Lo que tampoco ha tenido nunca Talavante en comparación con José Tomás es el tirón taquillero, a pesar de que Talavante es torero de público y de aficionados. Pero es que José Tomás no llena la plaza el día que torea, la llena toda la feria. Se venden todos los abonos allá donde toree y, por eso, puede exigir cobrar lo que cobra. Si Talavante cree que va a cobrar lo mismo, se equivoca. Sus primeras corridas levantarán una expectación desorbitada, pero ese tirón se irá diluyendo poco a poco.
José Tomás es un caso único porque cuando reaparició sí volvió a Madrid y cortó siete orejas en dos tardes. Casi nada.
Además, la gravísima cornada de «Navegante» sumó misticismo a su personaje, que había sabido creárselo con los méritos en las plazas y una estrategia hasta entonces desconocida como era no dejarse televisar ni dar entrevistas. En esto último, Talavante ya le está imitando (veremos que pasa con lo primero, pero la Feria de Pascua tampoco se televisa).
Morante también trató de imitarle no dejándose televisar primero e imponiendo comentaristas después. Lo quizo al final fue el ridículo, porque José Tomás solo hay uno. Y creo que Talavante, que es admirador suyo, lo sabe y va a ser más inteligente: las temporadas «cortas» de Morante eran de treinta corridas. Vamos que de cortas en estos tiempos no tenían nada.
José Tomás acapara toda la atención porque torea una o dos al año y dando gracias.
Si Talavante quiere volver de verdad «a lo José Tomás» no debe prodigarse en las plazas. Es una estrategia respetable que a José Tomás le ha funcionado, pero que dudo que a otro le funcione, por eso creo que las temporadas de Talavante serán cada vez más largas hasta que vuelva al punto en el que dejó todo.
Desde luego que José Tomás, además de valor, ha demostrado una gran inteligencia. Por ejemplo, estuvo un lustro apartado de los ruedos. Tiempo suficiente para que en el momento de su vuelta, fuese una novedad.
Ahora mismo hay novedades importantes como Pablo Aguado que le pueden robar ese efecto a Alejandro.
Talavante «solo» ha estado retirado año y medio, aunque qué largo que se nos ha hecho a algunos.
(Morante estuvo un invierno retirado: es decir, como si no se hubiera retirado).
Necesitamos verle torear con esa prodigiosa izquierda, con su particular estética y esa forma de sorprendernos a todos con un toreo mágico, rompedor.
Qué vuelva la arrucina, el toreo con los vuelos de la muleta, el desmayo de rodillas, los inicios de faena genuflexo, el parar al toro con una mano con el capote, el circular tremendo con el cambio de mano y todo un repertorio nuevo que tendrá preparado A.T.
Que vuelva como quiera, pero lo importante es que vuelve, aunque me gustaría que volviese con todo.
De momento vuelve… a medias tintas.
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