Román Collado Gouinguenet nació el 15 de marzo de 1993 en Valencia.
Tomó la alternativa en Nimes el 7 de junio de 2014, con toros de Garcigrande. Su padrino fue El Juli, y Castella, el testigo.
Confirmó en Las Ventas el 19 de mayo de 2016, de manos de su paisano Enrique Ponce y en presencia de Daniel Luque. Los toros fueron del Puerto de San Lorenzo.
En 2017 consigue salir a hombros en Madrid, en el Día de la Paloma. Cortó oreja y oreja de la corrida de Joselito.
El 2018 está marcado por tres graves cornadas, en Valencia, Sevilla (en la compartía cartel con los mismos toreros de la cornada de Madrid de 2019) y Bayona.
En San Isidro mata tres corridas, entre ellas la de Miura (por petición propia) y lidia al bravo «Horroroso» de Fuente Ymbro.
2019 empieza con un triunfo rotundo en Valencia, de nuevo con Fuente Ymbro y, otra vez, con un toro bravo y encastado, como fue «Damasco».
En Madrid está anunciado dos corridas (la del Tajo y La Reina y la de Adolfo Martín), cortando una oreja en cada una.
Pide coger la sustitución de Emilio De Justo en la corrida de Baltasar Ibán y le toca lidiar con «Santanero», un manso con muchísimo genio, al que trató de torear como si fuese bueno. Con la misma verdad con la que había toreado se tiró a matar, quedando prendido del pitón del toro, que acabó ensangrentado tras seccionarle la femoral. Fue una cornada muy grave.
No obstante, solo tres semanas después reapareció en la Feria de Julio de Valencia, precisamente en un mano a mano con De Justo.
A Román siempre se le ha cantado su valor y su arrolladora personalidad, que muestra dentro y fuera de la plaza. Su sonrisa conecta rápido con el público, que le ve como una persona cercana, muy natural.
Y con esa aparente sencillez es capaz de enfrentarse a todos los encastes: Miura, Albaserrada, Cuadri, Atanasio, Domecq…
Es un torero que no busca el toro de menor trapío ni el noble. Con los que más luce son con los encastados, porque nunca da un paso atrás.
Torea cruzado y exponiendo mucho, pero cada vez de una forma más sensata.
Aunque tiene mucho que mejorar, sobre todo con el capote, es un torero que ha supuesto un soplo de aire fresco para la tauromaquia y al que se le ve progresar. Por ejemplo, un detalle de su toreo, es que cuando el toro se lo permite cita con mucha suavidad, simplemente con el bamboleo de la muleta, como si de una caricia se tratase.