Manuel Escribano Nogales nació el 21 de agosto de 1984 en Gerena (Sevilla).
Tomó la alternativa el 19 de junio de 2004 en Aranjuez, con toros de Victoriano del Río. Su padrino fue Canales Rivera, y El Fandi, el testigo de la ceremonia.
No la confirmaría hasta el 14 de mayo de 2014, de manos de Padilla y en presencia de Joselito Adame. Los toros fueron de La Palmosilla.
Hay un toro clave en su carrera, que es el que le permite volver a estar en boca de los aficionados y entrar en las ferias. Aquel toro fue «Datilero» de Miura, al que desorejó en la Feria de Abril de 2013, en una corrida en la que sustituyó al Juli.
En Sevilla ha conseguido el mayor éxito de su carrera, al indultar a «Cobradiezmos» de Victorino Martín, en el año 2016.
La pasada temporada, logró otro indulto histórico. Fue en Utrera, en una corrida de Miura, en la que reapareció recortando los plazos tras la grave cornada de Madrid.
Supuso un hito por ser el primer (y hasta el momento, el único) toro indultado de la legendaria divisa de Lora del Río.
Sin embargo, Manuel ha vivido la parte más amarga de la profesión hasta en dos ocasiones. Dos cornadas que a punto estuvieron de quitarle la vida, en Sotillo de la Adrada y Alicante.
La primera fue con su arriesgadísimo par al quiebro sentado en el estribo.
Sin embargo, no solo no ha dejado de realizarlo, sino que lo ha convertido en uno de sus sellos de identidad.
La segunda de estas cornadas fue al entrar a matar a un toro de Adolfo Martín, en el triángulo de Scarpa.
Durante este artículo ya se han mencionado las ganaderías de Miura, Victorino y Adolfo, y es que a Escribano las ganaderías duras se lo han dado todo.
Con ellas ha sacado todo su repertorio de torero total, desde que el toro sale por los chiqueros y él lo espera a portagayola, hasta la suerte suprema, pasando por el tercio de banderillas, que él mismo realiza.
No obstante, con la muleta torea muy lineal y resulta algo frío, aunque es cierto que, al menos, el encaste Albaserrada requiere un toreo muy rectilíneo.
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