Steeven Jean Groux Leal nació el 27 de diciembre de 1991 muy cerca de París, aunque se considera de Arles.
Tomó la alternativa en Nimes el 20 de mayo de 2013, en un mano a mano con su referente, Sebastián Castella, y los toros de Garcigrande, Núñez del Cuvillo y Alcurrucén.
Confirmó en Las Ventas el 18 de mayo de 2016, en la Corrida de la Prensa, con los toros de Pedraza de Yeltes. Manuel Escribano fue el padrino de la ceremonia, y Juan del Álamo, el testigo.
Su toreo siempre ha recordado en cierto modo al de Castella, por los cambiados por la espalda y por la forma de interpretar el toreo, en general. No obstante, cada vez está buscando más el «ojedismo». Juan admite ser fiel admirador de Paco Ojeda, por lo que está tratando de pegarse el arrimón no solo cuando el toro ya está apagado, sino desde mucho antes.
Ese toreo de cercanías no es para nada de mi gusto, ya que no queda ningún pase para el recuerdo. Únicamente consiste en quedarse quieto y dejarse llegar los pitones muy cerca (que no es poco).
Es un torero variado, sobre todo con el capote. Realiza quites por saltilleras, lopecinas, tafalleras, etc.
También con la muleta tiene variedad, aunque suele ser para pasarse el toro por la espalda: el cambiado, la pedresina… además de los circulares y el toreo de rodillas.
Como vemos, todo es toreo accesorio. La variedad es buena siempre y cuando no se sustituya al toreo fundamental, que en el caso de Juan Leal brilla por su ausencia.
No carga la suerte ni tiene arte. Valor tiene mucho, eso sí.
En la suerte suprema tiene un estilo muy particular, pegando un salto en el que prácticamente se pone en paralelo a la arena.
Bilbao es su feudo y, hasta el momento, Miura es la ganadería que le ha dado nombre, ya que los arrimones con toros que desarrollan tanto sentido como los de Zahariche, tienen más mérito.
Otra ganadería que está matando mucho últimamente es la de Fuente Ymbro, ya que las figuras no la suelen querer.
Crítica taurina 