José Moral Fernández nació el 3 de abril de 1987 en Los Palacios (Sevilla).
El 14 de mayo de 2007 (aún como novillero) abrió la Puerta Grande de Las Ventas, con reses de Guadaira.
Ese mismo año se alzó con el Zapato de Oro de Arnedo.
Tomó la alternativa el 11 de junio de 2009 en Sevilla de manos de Uceda Leal y en presencia de Salvador Cortés. Los toros fueron de Gerardo Ortega.
Confirmó en Madrid el 7 de mayo de 2011 con toros de Conde de la Corte. El padrino fue Encabo, y el testigo, Rafael de Julia.
En La Maestranza ha tenido sus actuaciones más destacadas con la ganadería de Miura, aunque tampoco debe quedar en el olvido su actuación con «Chaparrito» de Adolfo Martín en San Isidro 2018, premiado como el mejor toro de esa feria.
Además, es uno de los dos toreros (junto a Ortega Cano) que ha indultado a dos toros de la ganadería de Victorino Martín.
Como vemos, es un especialista en las ganaderías duras, porque normalmente estos toros (paradójicamente) requieren suavidad. Cuanta más brusquedad emplee el torero, más se violentan.
Por eso, Pepe Moral es un torero ideal para este tipo de corridas, ya que cita con suavidad y lleva los toros muy largo y por abajo, arrastrando la muleta.
Otra cosa es que sea estético. Para llevarlos tan largo y tan bajo, muchas veces se retuerce muchísimo y se los pasa bastante lejos. A veces, tampoco carga la suerte.
No obstante, también puede torear otro tipo de ganaderías, como demostró hace ya unos años en Dax, el día que compartió cartel con las figuras.
Esta temporada 2019 ha estado muy dubitativo, lejos del nivel mostrado en las dos temporadas anteriores. Quizá, el toro de Miura le quitase el sitio con aquel percance de Valdemorillo.
Crítica taurina 
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