Sergio Serrano Herrera nació en Albacete el 15 de mayo de 1985.
Tomó la alternativa en su tierra natal el 13 de septiembre de 2009, de manos de Antonio Ferrera y en presencia de César Jiménez. Los toros fueron de Albarreal.
Confirmó en Las Ventas el 25 de septiembre de 2016 con toros de Conde de la Maza. El padrino fue Rubén Pinar, y el testigo, Alberto Lamelas.
La pasada temporada dio un golpe fuerte sobre la mesa cuando esta ya tocaba a su fin.
Primero fue en su Albacete. Allí mostró su gran toreo al natural.
Después, se reivindicó en Madrid, en los desafíos ganaderos, con una faena llena de emoción a «Palmito», de Saltillo.
En estas tardes se ha visto que Sergio Serrano sabe torear con nucha profundidad al natural. Sus muletazos rotos, espatarrados, conectan rápidamente con el tendido.
No obstante, si el toro no se presta a este tipo de faenas, en las que el torero se puede abandonar, Sergio es todo disposición. Así se mostró con aquel toro de Saltillo y con el de Araúz de Robles, lo que le convierte en otro torero muy a tener en cuenta con las ganaderías duras. De hecho, este año estaba anunciando en Arles con la de Miura.
Con el capote tiene el valor suficiente para irse a la puerta de chiqueros cuando toca arrear, así como ceñirse muchísimo en las chicuelinas.
Sus muletazos son largos y poderosos. Echa la pierna para delante y no la quita, aunque el toro sea una alimaña.
Por eso, es uno de los toreros que este año apetecía ver.
Crítica taurina 
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