Eugenio Moreno Villarrubia nació en Mora de Toledo el 14 de febrero de 1975.
Como novillero abrió la Puerta Grande de Las Ventas el 8 de junio de 1997. Dos meses después tomaría la alternativa en Toledo, con Curro Romero de padrino y José Tomás de testigo. Los toros fueron de Guadalest.
Confirmó en Madrid el 18 de mayo de 1998 con toros del Puerto de San Lorenzo, de manos de César Rincón y en presencia de Enrique Ponce. Ese día llegaría su primera oreja como matador en Las Ventas.
En 2001 logró cortar dos orejas de su lote de Garcigrande, aunque no pudo salir a hombros al sufrir una cornada.
En el año 2000 también cortó dos orejas en Sevilla, con una corrida de Manolo González.
Como vemos, sus primeros años hacían presagiar una carrera muy importante, que finalmente, no ha sido tanto, sin desprestigiar lo que consiguió en sus comienzos y las últimas temporadas, en las que ha tocado pelo en numerosas ocasiones en la Monumental de Las Ventas y en otras ferias como la de San Fermín, cuando ya estaba olvidado por el sistema.
Siempre ha sido un torero de corte clásico, aunque antes era frecuente verle empezar las faenas de rodillas.
En mi opinión, es un torero con oficio, pero demasiado previsible, ya que sus series suelen ser los derechazos (o naturales) y el de pecho. Prefiero esto a que lo accesorio sustituya a lo fundamental, pero hay que buscar un término medio que satisfaga a todo el mundo. Si ya sabes en todo momento lo que un torero va a realizar, el toreo pierde emoción y es más frío.
Quizás, por esto ha sufrido parones en su carrera.
A Eugenio de Mora hay que verle en las plazas importantes, ya que es en estas donde da su 100%, a veces, incluso con las ganaderías más duras, como la ya la desaparecida de Conde de la Maza.
Crítica taurina 
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