Miguel Tendero ha hecho buena aquella frase de Chenel de «el banquillo o te curte, o te pudre». Arrancó con muchísima fuerza su carrera. De él se decía que toreaba aún mejor a los toros que a los novillos, pero después de ser una promesa del toreo, se quedó parado.
Cuando para muchos aficionados ya había caído en el olvido, el domingo pasado demostró en Villamalea que se puede (y se debe) contar con él.
Con qué empaque toreó y, sobre todo, qué sentimiento le puso. Los remates fueron carteles de toros y la torería volvió a aflorar en una plaza de toros (o rebrotó, en estos momentos en los que se usa tanto esta palabra).
En este nuevo comienzo de temporada en los que son pocos aún los nombres destacados, Miguel Tendero se suma a las actuaciones inspiradas de verdad como la de Salvador Vega en Estepona o Emilio De Justo en Plasencia.
– Buenos días Miguel.
En primer lugar quiero darte la enhorabuena por la actuación del domingo en Villamalea.
Fue una tarde en la que se te vio a un nivel muy bueno y con mucha torería.
Dejaste algunos pases preciosos como un trincherazo mirando al tendido.
¿El arte se tiene o no se tiene?
Es un cúmulo de cosas: de tener técnica, de encontrarte a ti mismo, llevarlo dentro… pero el arte tiene que brotar y no siempre sucede.
– Esta actuación demuestra que no te has desconectado del toreo en absoluto, a pesar de la escasez de contratos.
Son años duros. Cuando ves que no hay ningún festejo la ilusión se merma, pero hay que entrenar para estar preparado y cuando salga la oportunidad aprovecharla. Nosotros nos basamos mucho en los entrenamientos.
– ¿Cuándo fue la anterior corrida que habías toreado?
Fue hace dos años en Perú. Festivales sí que he toreado cinco en este tiempo, que te permiten (junto con los tentaderos) estar en contacto con los animales y luchar por abrirte camino.
– Qué diferencia con las primeras temporadas como matador.
Sí, era otra época. Venía de novillero muy rodado, pero si después en las plazas no se triunfa, te quedas parado. Yo he pasado un desierto muy grande. Aunque ahora haya cogido un traguito de agua, el camino hasta estar reconocido y torear en plazas más importantes es muy largo.
– En el año 2009 tomaste la alternativa de un modo improvisado, cogiendo la sustitución del Fundi en Madrid. ¿Volverías a tomar la alternativa de aquella forma si pudieses volver atrás?
Sí, yo no cambiaría nada. Las cosas vienen como vienen. Ese día toreaba con Morante y Manzanares. Había que tomarla, así que fui a Madrid.
Esta es una profesión a la que hay que echarle mucho valor, porque lo que te viene hay que asumirlo y yo no cambiaría nada.
– Sin duda, es una profesión en la que hay que apostar y no solo delante del toro. A veces también toca apostar en los despachos como en aquella ocasión, cogiendo una sustitución para torear y tomar la alternativa en Madrid en lugar de Nimes.
Por supuesto. Nunca se sabe cuál es el toro del triunfo. Hay que torear.
– Poco después de la alternativa lograste el mayor hito de tu carrera al indultar a «Rayito» de Valdefresno en Barcelona. ¿Cómo fue aquel toro?
La verdad que el toro fue extraordinario. Se mereció el indulto.
– Aquel toro ha pasado a la historia como el penúltimo indulto en Monumental.
El martes (de aquella semana) dijeron que se prohibían los toros y el domingo era la corrida que había después de la prohibición, y qué manera más bonita de reafirmarse que indultando un toro.
Sale un toro bueno y se gana la vida. ¡A ver qué animal tiene ese privilegio!
– ¿Qué sientes al ver la Monumental cerrada?
Me da mucha lástima ver la plaza cerrada. Yo he toreado dos veces allí de matador. La del indulto y otra en la que corté una oreja. Me da mucha pena porque podría haber vuelto y porque había una afición extraordinaria. No había mucha gente, pero sí que había muchos aficionados buenos.
También había turistas, pero la plaza es muy grande y había muchos aficionados que sabían paladear el toreo bueno.
– El problema allí no era que no hubiese aficionados, sino que se lo prohibieron. No es que no fuese gente a la plaza.
Es verdad que en los carteles medios no había mucha gente, pero en los fuertes sí, pero fueron los políticos los que la cerraron, no los empresarios.
La política es una democracia y si el pueblo quiere ir, que vaya, pero cada uno aplica las leyes como quiere.
– ¿Cómo ves la situación actual y el futuro a corto plazo de la tauromaquia en el resto de España?
A corto plazo veo que esto tiene que ir volviendo poco a poco. A ver si el próximo año todas las ferias se reanudan.
El coronavirus es algo histórico en toda la vida y tenemos que convivir con ello: si el coronavirus no nos deja que haya aglomeraciones de gente por temas de salud, nos tenemos que adaptar y dar los festejos a razón de cómo está la actualidad, viendo como avanza la pandemia para que el toreo siga, la economía siga y el aficionado pueda ver toros.
Imagino que todo se irá reanudando poco a poco y se irán dando cada vez más festejos. Al principio de la temporada parecía que no iba a haber toros y, al final, se está dando alguna corrida e, incluso, he tenido la oportunidad de torear una. A ver si sale algo más.
– A nivel personal intuyo que el futuro pinta mejor que estos últimos años en los que no has toreado. La tarde de ayer (al ser televisada) debe servir para que te den oportunidades.
Yo pienso que Villamalea no es Madrid. Es un pueblo, pero lo que aconteció allí sí fue importante. Hice cosas bonitas que se quedan en la retina de los aficionados que les gusta el toreo eterno, el toreo de verdad, y hubo momentos en los que pude vivir momentos mágicos que pueden ilusionar a los aficionados, y eso, me llena.
Ahora a seguir luchando: tampoco espero torear mucho porque no hay mucho, pero, ojalá, pueda torear alguna corrida más televisada por Castilla La Mancha, ya que Castilla La Mancha apoya tanto el toreo.
– La verdad que la labor de Castilla La Mancha Televisión es muy buena. Televisa muchísimos festejos.
Muchísimos. Yo que soy albaceteño, de Castilla La Mancha, he toreado un montón gracias a la tele. Les estoy muy agradecido.
– En Madrid, al menos, un puesto te deberían ofrecer a lo largo de la próxima temporada.
Estamos luchando por ir. Estoy preparado. A ver si me dan un sitio y puedo demostrar lo que llevo dentro.
– ¿Qué se siente al torear en la primera plaza del mundo?
Es una plaza que impresiona verla desde el tendido… abajo con el traje de luces impacta, pero es una alegría estar allí porque es la plaza más importante del mundo.
A la vez sientes responsabilidad y estás agradecido por estar allí, en la única plaza que te puede dar muchas oportunidades.
– Otra plaza muy especial para ti debe ser la de tu ciudad natal, la de Albacete. ¿Qué significa para Miguel Tendero la feria de Albacete?
Pues sí, para mi es una plaza muy especial, aunque me falta un triunfo importante.
Aquí he sufrido muchas cornadas: me han pegado cinco, pero siempre tengo la ilusión de torear delante de mis paisanos e ilusionarles, porque, al fin y al cabo, yo vivo aquí, y les quiero demostrar que estos años no han pasado en balde y que aquí hay un torero.
– Mencionabas las cornadas. La última fue en 2017. ¿Qué se te pasa por la cabeza cuando sufres un percance de importancia como ese de Albacete?
Sí, en 2017, por un toro de La Quinta.
Ese toro me dio una cornada de quince centímetros y otra con dos trayectorias: de veinte centímetros para abajo y de treinta para arriba.
En ese momento tiré para adelante y traté de matar el toro de la forma más digna posible.
La verdad que aquella corrida fue complicada, un trago duro.
– La raza de los toreros.
Bueno, así es esta profesión. Esto es para gente de valor.
– Espero que sigas toreando como el pasado domingo y los contratos lleguen para que lo puedas demostrar. Seguro que los aficionados disfrutarán con tu toreo.
Muchas gracias, un abrazo.