Cada vez que se presenta una feria de máxima importancia realizo el correspondiente análisis de sus carteles. Sin embargo, en esta ocasión, es especial. Hace un año que no realizo este tipo de artículos, ya que la última gran feria que se presentó fue, precisamente, la de Sevilla 2020 (https://criticataurina430463222.wordpress.com/2020/02/13/analizando-carteles-sevilla-el-claro-ejemplo-de-una-feria-confeccionada-para-el-publico-esporadico/). En aquel momento nadie sabía lo que se venía encima. Por supuesto, aquella feria nunca se celebró, lo que no sabemos es si este año se celebrará o no. Lo único cierto es que los carteles ya están en la calle y, por lo tanto, había que redactar este artículo. Esta misma mañana han sido presentados de forma oficial por Ramón Valencia, aunque todo dependerá de que se autorice un 50% de aforo. Parece difícil, pero si finalmente se permite, este año la empresa sí ha hecho los deberes.
Sorprendentemente, los carteles no distan mucho de los de otros años. Esto tiene dos lecturas: la mala es la habitual monotonía que caracteriza a los carteles de Sevilla, repetitivos año tras año y pensados para ir uno o dos días a los toros, pero no para abonarte, ya que no tiene sentido ver todos los días «lo mismo». Tampoco ayudan para nada los precios de la plaza más elitista de España, sin lugar a duda. Solo así se explica que Ramón Valencia haya podido contratar a casi todas las figuras (luego iremos con las ausencias más destacadas) y varias tardes: tres o cuatro tardes algunos. En mi opinión, como decía, es demasiado repetitivo, pero tiene mérito juntar tanto torero de postín en una época de aforos reducidos. Esa sería la parte buena: vuelven las figuras (que en Sevilla tienen la experiencia de que son necesarias) y los jóvenes también tiran del carro. Entre ellos destacan tres nombres propios: Andrés Roca Rey, que volvería a los ruedos españoles, Pablo Aguado, tras su histórica tarde en el abono de 2019 y Juan Ortega, la nueva esperanza sevillana, al que le han dado tres tardes que le pueden dar o quitar mucho. Demasiado arriesgada la apuesta. Con dos tardes habría tenido suficiente, ya que aún no ha tenido un éxito rotundo como sí lo tuvo Pablo Aguado. Hablando de estos dos artistas sevillanos, será un placer verlos en el mismo cartel junto a Morante… ¿o tal vez no? Que los toros sean de Juan Pedro Domecq le resta muchísimo interés al cartel, ya que es una ganadería con un altísimo porcentaje de petardos. Los toreros la quieren porque son toros que no molestan, aunque si alguien puede lucir con ellos son los toreros artistas. No obstante, si ya es sonrojante que Juan Pedro vuelva tras dar al traste con uno de los mejores carteles de la Feria de abril de 2019 (y tantos otros años atrás), que encima haga doblete es inexplicable (tengamos en cuenta que ganaderías como La Quinta no tienen una oportunidad). Y para colmo casi se repite la terna: Morante, Aguado y Ortega en Feria y Morante, Ortega y Roca Rey en San Miguel. Lo dicho: monotonía.
Es por ello, que no me parecen estos los mejores carteles de la temporada sevillana. El mejor me parece el del día 18 de abril (en un principio previsto para el Domingo de Resurrección): Morante, Roca Rey y Aguado se citan de nuevo tras la histórica tarde de 2019 con toros de Victoriano del Río, en principio, una ganadería fiable.
Otra tarde de Morante es de las más destacadas del ciclo, y es que ver al de La Puebla con los miuras en un gran aliciente. Probablemente, Morante tire por la calle del medio y abrevie como hace de costumbre, pero no por ser de Miura tiene menos opciones de triunfar. Es más, el toro de Miura que requiere que le pierdan pasos, puede venirle bien, ya que a Morante le gusta lidiar sobre las piernas y adornarse algún molinete, entre otros pases.
Hay otros carteles que son buenos, pero tienen sus defectos: ¿qué pinta El Fandi con Juan Ortega? No pegan ni con cola. ¿Y el cartel de Matilla? Digo lo mismo que en los de Juan Pedro: buena terna y pobre ganadería. Menos mal que está Victorino para dar un poco de variedad. El mano a mano entre Ferrera (que vuelve a matar victorinos en la plaza en la que tan bien los ha entendido) y Emilio de Justo (el gran especialista en la ganadería) puede ser de lo mejor de la feria.
Un cartel muy interesante, que puede ser «el tapado», es el de Fuente Ymbro en septiembre con Ferrera, Perera y Luque, que vive un momento sensacional.
Por otra parte, la corrida de Garcigrande la lidiarán los tres toreros de mayor poderío en este momento: El Juli, Perera y Roca Rey. Tres toreros de bajar mucho la mano, de mandar y poder al toro, que necesitan toros bravos y con fondo para poder desarrollar su tauromaquia. En Garcigrande, sin duda, tienen buena materia prima.
La corrida de la divisa charra para San Miguel la torearán Urdiales, Manzanares y Aguado. Este cartel me encanta.
Otra muy buena ganadería de este encaste es la de Santiago Domecq; corrida que matarán Urdiales, Daniel Luque y Rafa Serna. A los dos primeros apetece mucho verlos, pero ¿y el tercero? ¿Qué ha hecho Rafa Serna para estar acartelado además de ser sevillano? ¿Dónde está Ángel Jiménez tras su gran alternativa? Por méritos propios debería estar Ángel Jiménez en el lugar de Rafa Serna, pero no es el único que falta. Tantas repeticiones provocan que no esté en la feria Gómez del Pilar, uno de los más destacados en la atípica temporada de 2020, o Ginés Marín, del que sigo pensando que será figura del toreo.
Algún nombre de los Román, Fortes o Gonzalo Caballero o Javier Cortés (que reaparecían de sus percances) también podría haber entrado. Y el que debería haber entrado seguro es Ponce, que no estará ya en el mejor momento de su carrera, pero fue quien tiró del carro el año pasado. Y no lo olvidemos, también fue el que estuvo en Sevilla cuando el resto no estuvieron.
Evidentemente, habría sido un lujo contar con Alejandro Talavante, pero se fue por dinero, porque no cobraba lo que quería y le va a tocar volver cobrando menos. Sin embargo, no parece muy por la labor de bajarse los honorarios en exceso, por lo que según Cultoro esperará a que haya un 80% de aforo. Su decisión es totalmente respetable, pero mientras Ponce está arrimando el hombro, otros están a la espera. Lo mismo que sucede con los empresarios.
En los rejones es incomprensible que no esté Diego Ventura, el número uno de largo.
Dicho todo esto, lo importante es que haya toros y se vuelva a dar, ¡por fin! una feria en una plaza de primera.
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