NI GINÉS PUDO SACAR ALGO CON LOS DEL PILAR

Se habría la Feria de San Isidro más extrañas de todas las que se recuerdan. Organizada (o más bien desorganizada) por Matilla en Vistalegre. Siempre se recordará como la isidrada que no tuvo lugar en Las Ventas. Hablando de Las Ventas, ¿recuerdan aquellas palabras de Simón Casas diciendo que si le autorizaban a Matilla este San Isidro él montaba uno en Las Ventas en una semana? Seguimos esperando.

La luz de La Monumental de Las Ventas daba paso a la oscuridad de Vistalegre, pero lo que no cambió fue la típica corrida petardo. Petardo que muchas veces protagoniza esta ganadería (no en el último ciclo isidril celebrado en 2019) y que hoy no pudo evitar ni Ginés Marín, a pesar del tremendo momento que atraviesa. Lo disfrutamos en Leganés, pero aquí solo lo pudimos hacer con el capote. Imposible hacer más. Buen toreo a la verónica en el tercero de la tarde y cumbre en el sexto, intercalando chicuelinas, cordobinas, tafalleras y revoleras, al derecho e invertidas, toda una amalgama de lances. Con la muleta no pudo hacer prácticamente nada y si cortó una oreja en el sexto fue por ese toreo de capa y la estocada, unido a que el presidente había puesto el listón muy bajo en el toro anterior.

Álvaro Lorenzo fue el beneficiado de esa polémica decisión en el quinto toro de Gonzalo de Villa-Parro, por lo que afloraron las protestas y los gritos de “fuera del palco”, rememorando el último San Isidro en Las Ventas. Aún nos acordamos de aquellas dos orejas que este presidente le dio a Perera. Álvaro Lorenzo no tuvo lote, pero también es cierto que nunca les obligó nada. Lo peor de todo fue lo pesado que se puso. Muy pesado. Una serie tras otra, con muchos pases y ninguno en el recuerdo.

Hoy López Simón tuvo más aún que agradecer, y es que salió sin cornada de ninguno de sus dos aparatosos percances, uno en cada toro. El primero le llegó por estar en el sitio, sin inmutarse ante un animal de embestida cambiante, que a veces hacía hilo como metía un parón que cortaba la respiración. Acortó el de Barajas mucho las distancias en plena versión “López Arrimón” y fue ovacionado.

Con el quinto el percance lo sufrió por no poder imponerse al toro. Le faltó mando desde el comienzo y estuvo muy fuera de sitio, por lo que el del Pilar le veía. Acabó ambas faenas descalzo tras las volteretas, algo muy típico en él.

Plaza de toros de Vistalegre: mala entrada a pesar de que se regalaron muchas entradas entre ayer y hoy (Matilla debería reflexionar sobre los precios que pone). Toros de El Pilar, sin bravura, ni emoción. Nulas opciones para los toreros. Desiguales de presentación, pero todos por encima de la categoría de la plaza. Alguno digno de ir a la verdadera Feria de San Isidro como el segundo: engatillado y astifino.

  • López Simón (azul noche y oro): ovación con saludos en ambos.
  • Álvaro Lorenzo (pizarra y oro): ovación con saludos y oreja tras aviso.
  • Ginés Marín (fucsia y oro): ovación con saludos tras aviso y oreja tras petición y tras aviso.

Se desmonteraron Manuel Rodríguez ‘Mambrú’, Jesús Fernández y Rafael Viotti en el tercio de banderillas.

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