EL TOREO QUE TRANSMITE

Llegaba la corrida de la ganadería de la casa Matilla (organizadora de la feria) en un cartel en el que bailaron los nombres de los toreros como si se tratase de una discoteca: primero se había anunciado a Antonio Ferrera, que se quitó por no satisfacerse las exigencias artísticas. O algo así dijo, porque nadie entendía lo que quería decir el comunicado. Quizás, lo hemos podido comprender hoy a las 7 de la tarde cuando salió el primer toro, de impoluto trapío. Qué grata sorpresa nos hemos llevado hoy con la ganadería de García Jiménez, al menos en cuanto a la presentación de los toros, a cada cual más imponente.A Ferrera le sustituyó Emilio de Justo, el gran ausente de la feria en los carteles iniciales y que, al final, tampoco ha podido actuar por estar aún convaleciente de la cogida de Leganés.Nos perdimos a Emilio, pero la empresa le dio el puesto, acertadamente, a Daniel Luque, que al igual que el de Torrejoncillo está en un momento sensacional. De hecho, fueron dos de los toreros más destacados el año pasado.
Sin embargo, hoy Luque tuvo un lote de nulas opciones. Si no le valen los toros al de Gerena, no le valen a nadie. Tan solo pudo dejar un puñado de buenos naturales en el tercero de la tarde, en una faena sólida, de mucho oficio.
El que cerró la tarde fue un toro con una gran longitud de pitones que no paraba quieto, lo que propició una lidia desastrosa que solo hizo que empeorar su comportamiento, rajado de ahí en adelante. El animal salía suelto y a Daniel le tocaba correr detrás de él, hasta que un arreón de manso le mató según venía, en la suerte de recibir, demostrando una vez más su claridad de ideas.Perera y Ureña tienen dos conceptos antagónicos del toreo. El del primero se basa en la ligazón, mientras que el del segundo lo hace en la colocación y la pureza. Yo tengo claro que, aunque las dos cosas me parecen importantes, me transmite más el segundo concepto.
Se daba la coincidencia que Perera y Ureña la última corrida (no cuento el festival) que torearon juntos fue en el mano a mano de Otoño de 2019 en Las Ventas, tarde en la que lucieron los mismos trajes de luces que en el día de hoy y, al menos, en el caso de Paco Ureña, también el mismo capote de paseo.
Aquel día en el que Perera pinchó una gran faena, Ureña había dejado los mejores muletazos de la tarde, aunque fuesen de uno en uno. Hoy, hizo lo propio de nuevo toreando al natural como pocos saben. Se hablaba mucho de la apatía del lorquino en el festival y en la corrida del día 15, pero hoy volvió por sus fueros. Se entregó y de nuevo Madrid se entregó a él en una comunión total. Toreó roto, en esa versión mas espatarrada de este torero que llevábamos sin ver desde la Feria del Pilar de 2019. No será un toreo perfecto, pero tiene muletazos que sí lo son, aunque la obra en su conjunto no sea rotunda. La forma de asentar los talones en la arena, de dar el pecho y la femoral, de cargar el peso sobre los riñones… Ureña volvió a ser Ureña, lo cual es una grandísima noticia, ya que este torero parece notar más que los demás la inactividad.
Le concedieron una oreja del segundo con fuerte petición de la segunda y protestas por no darla, aunque, en mi opinión, el presidente acertó.
Con el quinto volvió a torear excelentemente al natural, tanto con el compás abierto, como a pies juntos en el epílogo de la faena, a pesar de que el toro perdía las manos constantemente. Esos dos últimos toros bajaron mucho el nivel de la que, hasta entonces, estaba siendo una buena corrida de la divisa charra.
A destacar el buen puyazo de Pedro Iturralde en este toro.Perera cortó una oreja de mucho menos peso al engatillado primero, en una faena muy propia de su tauromaquia, en la que fue acortando las distancias progresivamente.
Al burraco que hacía cuarto le costó verlo. Empezó perdiéndole muchos pasos y dudando cuando cogía la mano izquierda, despidiendo siempre el muletazo hacia fuera (todo lo contrario a los de Ureña). Cuando le cogió el aire se puso a empalmar los muletazos haciendo la noria con la pierna de salida escondida. Muy poquita exposición ante un toro aprovechable. Pudo hacer más.Palacio Vistalegre (mala entrada a pesar de las restricciones de aforo, como en toda la feria): toros de García Jiménez y Olga Jiménez excelentemente presentados, muy por encima de la categoría de la plaza y de bastantes opciones, sobre todo el lote de Perera (el cuarto toro fue aplaudido en el arrastre).
– Miguel Ángel Perera (de lila y oro): oreja y ovación.
– Paco Ureña (de salmón y oro): oreja con fuerte petición de la segunda y bronca al palco y ovación.
– Daniel Luque (de azul noche y oro): ovación y silencio.Se desmonteraron Curro Javier en el primer toro y Javier Ambel en el cuarto.

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