Después de más de año y medio sin una corrida de toros, desde aquel Día de La Hispanidad de 2019, volvió a darse una en la primera plaza del mundo. Tras el festival político con el que se reabrió con fines electorales, hoy volvían los toros de verdad y lo hacían con un impresionante encierro de Victorino Martín. Seis de seis, impecables de presentación, astifinos y entipados. Lo que llevaban por dentro no lo sabría ni el propio ganadero. Los dos primeros decepcionaron por su falta de fuerzas (bien podrían haber sido devueltos a los corrales por los de Juan Luis Fraile), pero la tarde se fue entonando poco a poco. Cuarto y quinto fueron muy interesantes, aunque tampoco toros de bandera, tal y como pareció escuchando la enorme ovación al quinto en su arrastre. De Victorino siempre se espera más, pero la corrida ha sido, cuanto menos, interesante.
Manuel Escribano abrió la temporada del regreso y, además, cortó la primera oreja. Fue en el cuarto, un toro al que recibió a portagayola tragando muchísimo, al que dio distancia en banderillas (colosal tercer par con el quiebro en tablas, marca de la casa) y con el que empezó la faena de muleta con cambiados por la espalda. Derroche de valor del de Gerena, que luego trató de templar por bajo, llevando muy toreado al Albaserrada, pero la faena fue intermitente. Los mejores naturales los logró cuando le perdió pasos al toro para no quedarse fueracacho. Se tiró a matar muy de verdad y cortó la oreja, no sin protestas.
El primero había sido un Victorino sin fuerzas, que no le daba para aguantar todo el viaje, por lo que recortó mucho el recorrido. Tobillero. Manuel, que también se había ido a recibirlo a la puerta de chiqueros, estuvo muy firme y voluntarioso, a pesar del viento. Mató muy bien y muy efectivo y escuchó una ovación, también con protestas.
Sergio Serrano tuvo una tarde relativamente similar. También expuso mucho, en primer lugar, con el incierto segundo. Otro toro sin fuerzas, que parecía estar acalambrado de una pata, y que no pasaba. A destacar también su inicio por bajo para sacárselo hacia fuera. Falló el manchego con la espada.
El quinto no se empleó en la primera vara, pero Serrano lo dejó largo tras sacarlo de la primera con suma facilidad. El toro fue tardo y no dio el espectáculo deseado en varas, pero sí que lo dio el torero con la muleta. Toreó muy despacito al victorino que más al ralentí embistió, primero con la derecha y después al natural con los vuelos de la muleta. Trató de llevarlo hasta el final, pero tampoco regaló el toro las embestidas y empezó a acortar el viaje. Sergio no pudo hacer una faena muy larga, pero sí que dejó un bonito pase del desdén como recurso final antes de cortar la oreja (esta sí, unánime) tras una estocada contraria.
Fortes citó con mucha pureza al tercero, siempre dando el pecho, pero resultó enganchado en numerosas ocasiones. La muleta pequeña, no era la ideal para el viento que hacía y lo poco que humilló el burel.
Con el que cerró plaza se resbaló y perdió pie delante de la cara del toro. Se libró por los pelos del percance. El Victorino (que no transmitía demasiado) no le gustó y optó por abreviar.
Plaza de Toros de Las Ventas (casi lleno en el aforo permitido): toros de Victorino Marín, muy serios y de juego complicado y desigual. Sin fuerzas los dos primeros, potable el tercero, buenos el cuarto y el enclasado quinto y sin opciones el sexto.
- Manuel Escribano (de sangre de toro y oro): ovación con división de opiniones y oreja tras aviso con protestas.
- Sergio Serrano (de caña y oro): palmas y oreja.
- Fortes (de azul marino y oro): silencio tras aviso y silencio.
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