Emilio de Justo es el torero del momento. El que mejor temporada está echando. Pero matizo, no es lo mismo ser el mejor torero del momento que el que mejor torea. Eso se lo dejamos a Juan Ortega.
Hoy se juntaban en el cartel de la feria el mejor torero con el que mejor torea. Pero si Juan Ortega no es el mejor torero es porque necesita un toro muy específico para desarrollar su excelso toreo. No es algo que se pueda ver todos los días. Hoy le tocó un lote sin opciones. El primero soltaba derrotes y Ortega no se sintió cómodo. Trató de justificarse, pero no es torero para eso.
En el sexto, le tocó la papeleta de torear después de la faena de Emilio de Justo de las dos orejas. Tal y como le pasó ayer con Morante en Sevilla. No se pudo estirar a la verónica, pero ¡qué detalles dejó con la muleta! Algunos trincherazos fueron carteles de toros. Pegó algunos muletazos muy templados, pero el toro no humillaba y salía desentendido. Una pena.
Emilio de Justo poco pudo hacer con el segundo de la tarde, manso y sin clase. Se pasó de faena.
Lo bueno llegó en el quinto. El castaño no se había definido en los primeros tercios, pero el inicio por bajo del de Torrejoncillo le ayudó a romper hacia delante. Ahí ya se vio que el toro iba muy bien por el derecho.
Las dos primeras series con la derecha fueron algo aceleradas, pero rematadas, como siempre, con sus grandes pases de pecho rematados a la hombrera contraria. En la tercera serie la faena cogió altura, echando la pierna hacia delante.
Al natural lo bordó. Dos series muy templadas.
Volvió a la derecha desmayado antes de cerrar su obra con naturales con la mano derecha a pies juntos marca de la casa. Hubo cuatro trincherillas cumbres.
La estocada arriba le puso en sus manos las dos orejas.
Abrió plaza «Poeta», un colorado de Domingo Hernández como aquel de Ginés Marín en el San Isidro de 2019. Aunque parecía que este no tenía nada dentro, El Juli apostó por él con su conocimiento de esta ganadería. El de Traguntía iba a más, hasta el punto de hacer el avión. ¡Cómo colocaba la cara! Le faltó fuerza y casta, pero tuvo mucha clase y nobleza. Mérito de Julián en verlo. Ligó las series por ambos pitones con verticalidad, faceta del Juli que me gusta mucho más que la retorcida. Al natural lo llevó muy largo.
Tras matar con un «julipié» efectivo paseó la oreja con tímidas protestas.
El cuarto fue un marmorillo que encima soltaba el tornillazo. Nada que hacer con él, ni siquiera para El Juli, que estuvo mal con los aceros.
Plaza de toros de Las Ventas (lleno de «No hay billetes» en el aforo permitido). Se lidiaron dos toros de Garcigrande y cuatro de Domingo Hernández, de embestida brusca y sin opciones a excepción del enclasado primero y el quinto (que lo hizo mejor De Justo), ambos aplaudidos en el arrastre.
– El Juli (de grana y oro): oreja con tímidas protestas y silencio.
– Emilio de Justo (de nazareno y oro): silencio tras aviso y dos orejas.
– Juan Ortega (de tabaco y oro): leves pitos y ovación.
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