“ROMANO” ESTROPEA LA ENCERRONA A DE JUSTO, PERO “DUPLICADO” QUEDARÁ EN EL RECUERDO

20.000 personas fuera de feria metió Emilio de Justo en Las Ventas este Domingo de Ramos. Exitazo. Además, el sol acompañaba y no hacía mucho viento. Todo estaba de cara para vivir una gran tarde de toros.

Emilio de Justo salió en medio de una tremenda ovación vestido de catafalco y plata dispuesto a hacer historia ante seis toros de distintas ganaderías, la primera de ella la de Pallarés. Emilio toreó bien a la verónica al santa coloma con el capote. Brindó al cielo en memoria de su padre y en los medios se puso a torear al natural. Sin probaturas. Como el toro estaba muy entero le costó algo templar en las primeras series sobre la izquierda, mas estas fueron de alta nota por cómo se enrosco al toro. Siempre echando la pierna hacia delante y rematando detrás. Puro. Muy de verdad. Misma verdad con la que luego entraría a matar. Con la derecha sí que redujo la embestida de “Romano” hasta que este bajó la persiana. Empezó a mirar a las tablas, pero el diestro de Torrejoncillo, con inteligencia, remató por bajo la faena con dos trincherillas sensacionales. Se tiró a matar con todo y cayó muy mal. No se llevó cornada alguna, pero se llevó algo peor: las lesiones vertebrales en las cervicales de pronóstico muy grave. Se le dio la oreja que recogió José Chacón, quien había puesto dos buenos pares de banderillas. Quedando cinco toros por delante, por muchas ganas que De Justo tuviese de triunfar, creo que no debería haber entrado a matar así. Pronta recuperación y que algún día pueda matar seis toros en Las Ventas.

Solo ante cinco toros se quedó el sobresaliente Álvaro de la Calle. Vaya papeleta. Y digo yo, ¿no habría que modificar el reglamento para que en un caso así alternen los dos sobresalientes en vez de lidiar el primero todos?

Con el segundo, un imponente colorado de Domingo Hernández no pudo hacer nada Álvaro, igual que no habría podido Emilio. Toro sin nada dentro. Menos aún tuvo el tercero, el de Victorino Martín. Ay Victorino… por los suelos. Así estaba “Platero”. Nada que ver con aquel “Platino” que toreó Ferrera en Sevilla, de la misma reata.

El cuarto fue el toro de la tarde y, ¡ojo!, quién sabe si de la temporada. ¡Qué toro! Otro más de lío gordo de Victoriano del Río, una de las mejores ganaderías de la actualidad, por no decir la mejor. Además, a este burraco se lidió a la perfección por parte de un soberbio José Chacón, e igual de bien lo picó Óscar Bernal, cogiéndolo en el sitio en las tres varas que tomó. La plaza en pie. No se quisieron quedar atrás los banderilleros: Andrés Revuelta y Jesús Arruga. Entró en quite por chicuelinas con cierto arte el segundo sobresaliente, Jeremy Banti y replicó por el mismo palo De la Calle, pero con la mano muy alta. Álvaro estuvo igual de dispuesto que de desbordado. Era la oportunidad de su vida, un toro de bandera en Las Ventas, pero se le fue. Era lo lógico por otra parte siendo un sobresaliente. El toro iba de largo y se iba dos metros más allá del muletazo: era pronto y tenía muchísimo recorrido. Sin embargo, De la Calle se empeñó en cortar su viaje con muletazos en los que trató de ponerse bonito, pero no era toro para eso, sino para torear de verdad. Una pena que a “Duplicado” no lo torease Emilio de Justo, porque era para desorejarlo. Con toda justicia fue azuleado.

El de Palha era más alto, huesudo y con dos imponentes pitones. Venía de una reata clásica de Baltasar Ibán, pero se lidió mal y nos quedamos sin verlo. Tenía genio, mas De la Calle, probablemente con mucha cabeza, optó por enseñárnoslo poco. No alargó con este y con el de Victoriano tanto como con el de Domingo y Victorino, en los que se puso pesado. No obstante, el genio no es bravura, que no mostró el palha, sobre todo al quedarse “dormido” en el peto. El torero fue volteado al entrar a matar, afortunadamente, en este caso sin consecuencias.

Se cerró el festejo con un Parladé noble y soso al que Álvaro de la Calle recibió a portagayola y mató haciendo guardia en el primer intento. Estuvo mal toda la tarde con los aceros, pero al menos dio muerte a cinco toros en la primera plaza del mundo.

Ahora veremos a ver quién sustituye a Emilio de Justo en San Isidro, aunque el hueco natural parece para Perera, el gran ausente de la feria. Si Miguel Ángel no aceptase entrar por la vía de la sustitución, lo ideal sería dar una tercera tarde a Diego Urdiales, Pablo Aguado y Juan Ortega o una segunda a David de Miranda. ¿O tal vez venga Cayetano a Madrid? Veremos.

Plaza de toros de La Ventas (casi lleno: 20.000 espectadores): toros de Pallarés, con transmisión hasta que se rajó; Domingo Hernández, sin opciones; Victorino Martín, sin fuerza, inválido; Victoriano del Río, bravo de verdad, con recorrido y prontitud, “Duplicado” de nombre, premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre; Palha, sin clase y complicado y Parladé, noble, pero soso.

  • Emilio de Justo como único espada (de catafalco y plata): oreja en el único que mató. Herido.
  • Álvaro de la Calle (de salmón y oro): silencio tras dos avisos, silencio tras aviso, vuelta al ruedo, silencio y silencio.

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