Guillermo García Pulido se ha proclamado ganador del Circuito de novilladas de Madrid tras vencer en la final mano a mano al abulense Sergio Rodríguez, quien dio una gran imagen sin espada. A excepción del sexto, todos los novillos tuvieron opciones, lo que permitió disfrutar de un gran espectáculo, al que sí que hay que ponerle un “pero”: no hubo rivalidad en quites, algo que se antojaba necesario en un mano a mano, más siendo la final.
García Pulido hizo pleno y dio una imagen de novillero muy hecho, con mucho temple y poderío. Se llevó seis orejas, que como intuyen se dieron de forma muy generosa.

Su primero fue un gran novillo de Los Eulogios (que echó dos novillos de nota, mejor aún el cuarto). Guillermo García lo saludó a la verónica y quitó por gaoneras tras echarse el capote a la espalda. En la muleta mostró su concepto del toreo, dando muletazos muy largos y dejando una sensación de gran dominio.
Con el tercero, de Toros de Tenorio, tuvo que recurrir a las cercanías para conectar con el tendido, siempre sobre la base de la ligazón. Se echó de rodillas para cerrar la faena, toreando en redondo.

El quinto fue un novillo de Toros de Tenorio con tendencia a irse suelto. Lo cantó desde el principio, tomando dos puyazos en el caballo de reserva en una muy mala lidia. Y ojo, ¡cómo empujó! La pelea que hizo en el primer puyazo fue espectacular. García realizó el quite por tafalleras abrochadas con una cordobina y, después, supo retenerle en su muleta, dejándosela siempre muy puesta. Así consiguió que no amagase con rajarse hasta el final de la faena y, a pesar de esto, lo mantuvo metido en su franela. Lo entendió a la perfección, aunque al final hubo algunos enganchones.

Vayamos ahora con la actuación de Sergio Rodríguez. Tiene un toreo muy personal. Con ese toreo tan encajado se distingue de los demás. Personalmente, es un concepto que me gusta mucho, aunque pecó de ahogar algo a los novillos, especialmente al cuarto. Este fue un gran novillo de Los Eulogios (aunque no para vuelta al ruedo, como se le dio) que repetía constantemente, incluso hacía hilo. Hubo muletazos sensacionales por ambos pitones, como digo, siempre encajadísimo de riñones, echado hacia atrás.

Intercaló ese toreo fundamental con multitud de pases complementarios: los del desdén, el de las flores, el cambiado por la espalda, las ceñidas bernardinas… Fue una gran faena, que se salió del guion común por los momentos en los que ejecutó estos pases y en la que, eso sí, debió dar más distancia al novillo. Por eso, y porque previamente dejó un pinchazo hondo, las dos orejas fueron muy excesivas, como también lo fue la vuelta al ruedo al novillo, protestada por un grupo de aficionados.

En el primero salió a comerse el mundo, lo que llevó a estar acelerado. A pesar de ello, toreo muy bien de capa, primero con unas verónicas de mucho empaque, después galleando por chicuelinas para llevar al toro al caballo y dejarlo en suerte con una cordobina y, por último, quitando de nuevo por chicuelinas ajustadas. Hubo algunos pases que fueron carteles de toros, como los del desprecio del final. Esta faena de muleta fue mucho más clásica, toreando en redondo y cerrando siempre con el de pecho, que se lo quiere llevar a la hombrera contraria. Se tiró encima, con todo, pero no mata bien, por lo que la estocada contraria le hizo guardia. A la tercera sí dejó ya una gran estocada.

El serio sexto, de Los Eulogios, fue el novillo que menos opciones tuvo. Rodríguez lo sabía, pero lo intentó en terrenos de tablas. Hubo muchos enganchones, hasta que fue desarmado. Sergio se desesperaba, consciente ya de que el ganador iba a ser Guillermo García, pero el público le animó con sus aplausos y se justificó con un arrimón final. Otra vez, estuvo mal con la espada.
Plaza de toros de San Martín de Valdeiglesias (menos de media plaza): final del Circuito de Madrid. Novillos de Los Eulogios: bueno el primero, premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre el cuarto, “Repudiado” y sin opciones el sexto. Los tres de Toros de Tenorio se dejaron, aunque el quinto salía suelto, pero el novillero le tapó los defectos.
- García Pulido (de blanco y plata): dos orejas, dos orejas y dos orejas.
- Sergio Rodríguez (de sangre de toro y oro): ovación, dos orejas y ovación.

