EXCESIVA PUERTA GRANDE PARA VÍCTOR HERNÁNDEZ EN VILLASECA

Ya le pasó en Madrid. En la novillada que abrió la temporada venteña le regalaron dos orejas en un novillo, tal y como ha pasado hoy en Villaseca de La Sagra.

Fue en el sexto novillo, al que salió tras ser atendido en la enfermería al ser cogido en el quite al tercero de la tarde, novillo que le correspondía a Christian Parejo. Tras las caleserinas, se echó de rodillas para rematar con una larga cambiada, pero el novillo se quedó parado. Aguantó Víctor hasta que en un momento dado no resistió más, echó los vuelos del capote con muchas dudas y el novillo tampoco acometió. Se quedó vendido y, ahora sí, el novillo hizo por él y le arrolló. Se levantó para rematar el quite con una media e irse a la enfermería con una cornada de 12 centímetros.

Salió de esa enfermería para cortarle las dos orejas al sexto (de aquella manera). Fue un noble novillo de Mayalde, algo justo de fuerzas, con el que Hernández toreó desmayado sobre la mano derecha. El novillo lo quería todo por abajo, pero parece que no lo captó el novillero y remató siempre con el de pecho, en los que protestó mucho el animal. Hubo uno en el que se quedó totalmente parado debajo y tirando feos derrotes. Por lo que cortó las dos orejas fue por las bernadinas finales cambiando el viaje que conectaron con el tendido y por el espadazo en todo lo alto. Las recogió emocionado.

Al playero primero lo recibió con una larga cambiada de rodillas. Su faena tuvo buenos pasajes al natural, a pesar de que el público del tendido ocho (que muchos eran los del siete de Las Ventas), en especial, le midió mucho. No se olvidan de aquel regalo de Puerta Grande en Madrid. Víctor Hernández acabó tirando de toreo accesorio: el cambiado por la espalda, la arrucina, el pase de las flores y las manoletinas. Falló con la espada y saludó una ovación con leves protestas.

Jorge Martínez se ganó en el pasado Alfarero el derecho a elegir novillada. En Villaseca, quien se alza con el Alfarero puede elegir. El año pasado quien ganó fue Isaac Fonseca, pero como ya es matador de toros, Jorge Martínez eligió por ser el premiado con la mejor faena. Y, como era previsible, eligió la de Conde de Mayalde. Esta ganadería de la tierra atraviesa un gran momento (aún recordamos el gran novillo que lidió el año pasado en esta plaza), aunque hoy se esperaba más de ella, sin ser una mala novillada. El primero de Martínez estaba muy justito de fuerza. Por eso, y porque humillaba, clavó varias veces los pitones en la arena y en una de esas ocasiones se dio una voltereta que tampoco ayudó. Jorge lo había toreado francamente bien a la verónica, uno de los fuertes de este novillero. Brindó a su compañero de cartel Víctor Hernández y tras un bonito inicio que deslució la falta de fuerzas del novillo, se puso a torear de forma muy clásica. Hubo mucha naturalidad en su toreo por ambos pitones.

Terminó arrimándose y toreando por circulares. Mató de una estocada honda caída en dos tiempos y muy perpendicular. Tiene un problema con la espada. Dio una vuelta al ruedo protestada.

Como Víctor Hernández estaba en el hule, se corrió turno. El que se lidió como cuarto fue un novillo muy amplio de pitones. Otro novillo noble, con buen fondo, aunque cortó mucho en el tercio de banderillas.

Jorge Martínez realizó una faena con mucha pulcritud. Destacó toreando al natural de manera suave. No obstante, el trasteo resultó algo lineal. La espada se le volvió a ir abajo y ahí sacó su vergüenza torera, a sabiendas de que no debía fallar tras esa faena. En el segundo intento se tiró derecho a matar y se libró de la cornada que quedó dibujada en su maltrecho traje, Ahora sí dejó la espada arriba y hasta la bola. Si hubiese sido a la primera habría tocado pelo. Todo se quedó en una ovación.

El tercero de la tarde fue muy bien lidiado por Andrés Revuelta y picado por Tito Sandoval. Christian Parejo mostró sus buenas formas con la derecha, toreando vertical y con aplomo, pero también muy despegado. Debe ceñirse más. Este novillo también se pegó otra voltereta que pudo acusar durante la faena.

El que hizo quinto fue el de más caja del encierro. Otro novillo playero, además. Sacó esa casta (o genio, más bien) que les faltó a sus hermanos, pero aquí faltó clase, conceptos que rara vez van de la mano. Se le coló en varias ocasiones a Parejo y se le vio cogido, hasta que esa cogida terminó llegando. El pitonazo fue derecho al muslo y, sorprendentemente, no caló. Quizás porque este no fuese astifino. La faena tenía emoción porque el animal transmitía su peligro evidente. Se le arrancó cuando aún no tenía la muleta bien liada para entrar a matar y aprovechó esa embestida para tratar de matarlo recibiendo, pero la estocada cayó muy baja y tendida.

Plaza de toros de Villaseca de La Sagra (dos tercios de plaza): novillos de Conde de Mayalde, hasta tres playeros. Fueron nobles, pero algo sosos y justos de fuerzas, excepto el violento quinto.

  • Víctor Hernández (de lila y oro): ovación con ligeras protestas y dos orejas con protestas.
  • Jorge Martínez (de fucsia y oro): vuelta al ruedo tras leve petición y con leves protestas y ovación.
  • Christian Parejo (de blanco y oro con cabos en negro): palmas y ovación.

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