Hoy no les traigo una crónica al uso, sino el resumen de la Feria «Toros y Salsa» de la francesa plaza de Dax.
El ambiente que se respira en esta pequeña ciudad en fiestas es plenamente taurino. En todos los lados hay carteles de toros, esculturas, peñas taurinas…

Dentro de esta coqueta plaza el ambiente es de gran respeto, con un silencio impresionante, aunque no exento de cierta exigencia. No obstante, es cierto que tienen unos gustos bien distintos y otra forma de ver los toros. El arte no lo terminan de captar: no entraron del todo en la faena de Juan Ortega y menos aún en la de Morante, que les hizo un gesto tocándose la oreja como diciendo: «no escucho las protestas».
Ahora bien, con quien entran de lleno es con Daniel Luque. Hasta los vasos de plástico de las casetas llevan su cara.

Es el rey aquí. Su encerrona de este verano está muy presente, por eso lo recibieron con una tremenda ovación tras el paseíllo.

Otra ovación tributaron a Emilio de Justo en su regreso a las plazas francesas después de la cogida de Madrid.
Emilio no tuvo un lote fácil y le tocó hacer un gran esfuerzo, especialmente con el peligroso quinto. Se le coló dos veces con el capote desarmándolo. De Justo echó siempre la pierna adelante, aunque con alguna duda por las complicaciones de su oponente.

Se picó mucho al segundo y se abucheó al picador. Tiró dos derrotes muy feos y fue un toro reservón. Emilio estuvo con mucha verdad con él, pero la gente le acabó pidiendo que lo matase ya. Lo hizo al encuentro en una arrancada del de Domingo Hernández.

El primer toro nunca se entregó. Faena larga del Juli que coronó con un horrendo julipié trasero y tendido.
Torero inicio del Juli con el cuarto con un gran cambio de mano.
Después la faena tuvo mucha brusquedad. El julipié, traserísimo.

Cortó una oreja Tomás Rufo en el tercero tras una faena ligada y una estocada entera haciendo muy bien la suerte.
Con el anovillado sexto anduvo muy despegado. Está cogiendo los vicios de las figuras consagradas.

La corrida de Domingo Hernández fue mala. Mejor fue la del Puerto de San Lorenzo y mejor estuvieron también los toreros. Estos llegaron en antiguos descapotables atravesando el recinto ferial en una escena pintoresca.

Morante de La Puebla tuvo que abreviar con el primero. Un manso de libro de La Ventana del Puerto. Estuvo fatal con la espada.
Lo bueno lo hizo en el cuarto, aunque los franceses no se enteraron, salvo excepciones.
El toro se revolvía rápido, pero un entregado Morante consiguió pegarle unas buenas verónicas.
El inicio de faena fue torero, con trincherillas, pero el del Puerto perdió las manos y eso lo deslució.
No faltó su molinete marca de la casa con mucho duende. Toreó con profundidad y largura, en especial por el pitón derecho. Cerró a pies juntos dando distancia al toro y, de repente, sacó la espada y mató al toro. Estaba inspirado. Dejó al toro morir tranquilo y no gustó al público de Dax, que interpretó que se desentendió.

Juan Ortega lanceó a la verónica al tercero con gusto. Por el mismo palo realizó el quite.
Sublime inicio de faena genuflexo, pudiendo al toro por abajo. También fue sensacional la primera serie de derechazos por el temple que imprimió. La faena bajó en intensidad porque el animal se fue apagando.
Con el sexto se justificó con sus buenas formas, pero la plaza seguía en trance por la actuación de Luque. Estuvo muy mal con la espada en ambos toros.

Se arrancó de largo al caballo el burraco segundo, pero blandeó. Luque lo trató con mimo, pero faltó transmisión porque no pudo apretarle.

La faena de la feria fue la del quinto. Daniel Luque toreó con suavidad a la verónica sacando muy poco los brazos y cogiendo el capote cerca de la esclavina, al igual que al segundo. Entró en el turno de quites Juan Ortega por chicuelinas con mucho arte. Replicó Daniel por cordobinas.
Brindó a «su público» y ligó las series con estética. Más ajustado con la derecha. Por el izquierdo estuvo más al hilo. Hubo un pase de pecho tras el cambio de mano que lo convirtió en un circular. La plaza se entregó, aunque a su manera: son de romperse al final de cada serie, pero no de gritar «olé» ni «bieeen». Luque toreó al compás de la música y término con las danielinas que pusieron al público en pie. Gran estocada, dos orejas y el público cantando «Luque, Luque». Le sobró al de Gerena pedirle al presidente que le diese la vuelta al ruedo al toro. Estuvo bien el usía aguantando. Tampoco se debe caer en el triunfalismo.

Plaza de toros Arenes de Dax (casi lleno ambos días). Toros de Domingo Hernández y Garcigrande el sábado sin fijeza. Transmitió más el lote de Emilio de Justo por sus complicaciones, pero no hubo toros de triunfo.
Toros del Puerto de San Lorenzo y La Ventana del Puerto el domingo. Muy manso el primero. Sin recorrido el sexto. Mejores el resto, destacando el lote de Luque.
– El Juli (de espuma de mar y azabache): silencio y ovación.
– Emilio de Justo (de catafalco y oro): palmas y oreja.
– Tomás Rufo (de azul marino y oro): oreja y palmas de despedida.
– Morante de La Puebla (de catafalco e hilo blanco): silencio y división de opiniones tras aviso.
– Daniel Luque (de frambuesa y oro): ovación tras petición y dos orejas.
– Juan Ortega (de tabaco y oro): palmas tras aviso y silencio tras aviso.

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