En las dos últimas isidradas la corrida más interesante fue la de José Escolar. Pues bien, este año la ganadería de Lanzahíta se postula como candidata a repetir.
La primera parte de la corrida fue excepcional, con un tercero de bandera en la muleta, premiado con la vuelta al ruedo (quizá excesiva). Fallaron el aplomado cuarto y el sexto, al que se cargaron en el caballo. Queda la duda de saber cómo habría sido ese toro si se le hubiese picado bien. A Gómez del Pilar sus picadores siempre le cierran sus opciones de abrir la Puerta Grande: en la corrida concurso de septiembre Sangüesa se cargó a un toro que apuntaba ser un superclase y hoy ya tenía una oreja del tercero, pero con ese sexto no ha podido hacer nada. Debió matarlo antes.
No obstante, aunque tendrá un buen enfado por ello, también hay que decir que ha tenido en su mano el salir a hombros de Madrid. El tercero era un toro para cortarle las dos orejas y Noé solo le ha cortado una. No ha estado mal, pero sí por debajo del toro. Por cierto, este escolar no se iba a lidiar en un principio, pero al rechazarse dos toros en el reconocimiento, «Cartelero» entró en el sexteto.
No destacó sobremanera en los primeros tercios, de ahí que su posterior vuelta al ruedo fuese protestada. Sin embargo, tenía una clase excepcional y muchísima humillación. Iba arrastrando el hocico. Gómez del Pilar dio varias series estimables, pero no fue una obra rotunda. Fue cogido sin consecuencias. La eficacia de la estocada ayudó a que cortase una oreja.
Robleño fue el que mejor estuvo de la terna, demostrando una vez más que es el máximo especialista en esta ganadería. Paró genuflexo a su primero con el capote. El toro, veleto, tenía repetición, pero se revolvía rápido. Sin embargo, con la muleta Fernando consiguió llevarlo largo, con mucho pulso y temple. Fue una faena emocionante. Delante había un toro que transmitió mucho. Fallo en repetidas ocasiones con la espada y perdió una oreja de ley.
El quinto parecía una alimaña, pero también tuvo sus opciones. Trabajo le costó al torero madrileño sacarle ese buen fondo, pero lo logró al final, en una faena de menos a más. De hecho, la mejor serie fue una al natural cuando ya había ido a por la espada, con la que volvió a estar fallón. Tras varios pinchazos, mató de estocada caída y delantera.
López Chaves saludó una ovación tras el paseíllo, ya que este año se retira, por lo que, presumiblemente, será su última tarde en Las Ventas.
Su primero fue encastado y le cogió de fea forma, pero el pitón no hizo presa. Domingo se la jugó con el toro y la brisa, cruzándose al pitón contrario con la derecha. Por el izquierdo el toro no tenía ni uno.
Como punto negativo las feas posturas que realizó, especialmente con el brazo izquierdo (en el que no llevaba la muleta), levantándolo «al estilo Ferrera». Los toros son los que tienen que hacer el avión, no los toreros.
Con el cuarto, muy agarrado al piso, no pudo hacer más que justificarse.
Plaza de toros de Las Ventas (20.000 espectadores). Toros de José Escolar, bien presentados y con emoción, a excepción del cuarto y del sexto. Destacó la clase del tercero, «Cartelero», premiado con la vuelta al ruedo (con división de opiniones).
– López Chaves: ovación tras aviso y silencio.
– Fernando Robleño: ovación tras aviso en ambos.
– Gómez del Pilar: oreja tras aviso y silencio tras aviso.
Crítica taurina 