¡QUÉ BIEN TOREA MARCO PÉREZ!

Marco Pérez se enfrentaba esta mañana en Las Ventas a tres erales de Jandilla, muy parejos de hechuras y colorados todos.

Marco hizo de todo y triunfó a lo grande en una mañana muy entretenida. Rompió el paseíllo y el público, que llenó más de media plaza para ver al «niño prodigio», le obligó a salir a saludar la primera ovación.


Se emplazó el primer novillo de Jandilla (que a la postre fue el mejor) y Marco fue a buscarlo con decisión. Entre el saludo y el quite hizo verónicas, delantales y chicuelinas. Marco Pérez se desenvuelve bien tanto con el capote como con la muleta, con la que inició con estáticos estatuarios, rematados con dos pases del desdén y dos pases de pecho sensacionales. Con mucha quietud.
Ligó las series por ambos pitones, muy encajado y especialmente desmayado con la derecha. «Parece Joselito», comentaba un aficionado. Pero en Marco confluyen muchos toreros, no es una imitación. Porque igual que esos derechazos recordaban a Joselito Arroyo, los estatuarios previos eran tomasistas totalmente. Y la arrucina que se inventó mediada la faena muy de Talavante. Al final, Marco Pérez es Marco Pérez y lo que parece es que ha cogido lo mejor de los mejores.

También se pasó un par de veces el toro por la espalda en esa primera faena, que fue la de mayor variedad. Cerró por manoletinas antes de entrar a matar con más eficacia que elegancia, y es que, al ser tan bajo, tiene que levantar mucho el brazo. Tiene todas las condiciones para ser figura del toreo, pero su estatura es la mayor duda que genera. ¿Cómo lo hará cuando se enfrente a toros?


Tras cortar dos orejas al primero, le cortó otras dos al segundo, estas más generosas, influenciadas por una fea voltereta. Con el capote había realizado un quite por tafalleras y con la muleta esta vez empezó citando en los medios por la espalda, haciendo el péndulo (esto es de Castella). Otro torero francés, su apoderado Juan Bautista, le aconsejaba desde el callejón.
Faena de largo metraje de Marco y estocada de efecto fulminante. El jandilla cayó rodado.


Se fue a portagayola a recibir al tercero y último. Quizás por el contraste con el sol, que al ser matinal daba de lleno en la puerta de toriles, el eral no vio en un principio a Marco, que salvó el trance echando el cuerpo a tierra.

A pies juntos lanceó al jandilla y remató con una templadísima revolera. El quite, esta vez por el palo de Gaona.
Empezó su faena de muleta por abajo, pegado a tablas, mas el novillo protestó al sentirse podido.
Poco a poco Marco consiguió hacer faena, a pesar de las complicaciones del animal. Fue una faena más para aficionados. Viendo las condiciones del novillo, Marco podría haberse tomado alguna ventaja, pero estuvo siempre cruzado, ceñido y encajado. Y rematando detrás de la cadera. El toreo puro, como el que ejecutó en el epílogo por naturales con la mano derecha. Esta vez estuvo mal con la espada y todo quedó en una vuelta al ruedo antes de que Marco abandonase por la Puerta Grande la plaza de Las Ventas, en el día de su debut. Seguro que no será la última vez que salga en volandas hacia la calle Alcalá.



Plaza de toros de Las Ventas (más de media plaza, con entrada gratuita). Erales de Jandilla, parejos. En puntas, a pesar de ser una clase práctica. Bueno y bravo el primero, con opciones el segundo y más complicado el último.

Marco Pérez (como único espada): dos orejas, dos orejas y vuelta al ruedo.

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