Comenzaba la tarde con una cerrada ovación a Alberto Aguilar en su plaza de Madrid, en la que puede ser su despedida de la misma (aunque yo apuesto que volverá en los desafíos o en la Feria de Otoño).
Sin embargo, su primer toro no le dio opción ninguna y en el cuarto, debió apostar más en las pocas tandas que el animal embistió (soltando algún tornillazo, por cierto).
Sergio Flores pasó desapercibido sin toros y Espada dejó un natural de ensueño tras un cambio de mano. De esos que son infinitos, pero evidentemente no es suficiente para cortar una oreja en Madrid. La faena pintaba bien, pero se apagó muy rápido el toro y el torero se pasó de faena, por lo que la oreja de muy poco peso, fue ampliamente protestada y con razón. También se pasó de faena en el sexto por las ganas de agradar, pero lo que hizo fue aburrir, ya que además, se atascó con los aceros escuchando dos avisos.
No acaba de tomar vuelo la feria.
Crítica taurina 
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