TAURINOS CON PREFIJO

Con una pandemia de por medio, el 2020 ha servido para poner las cartas sobre la mesa. Se ha visto quienes son los que están en las buenas y en las malas y quienes han preferido apartarse hasta que vuelvan los momentos positivos (si es que vuelven). Se ha podido observar en el caso de los toreros, pero también en el de los empresarios, y en estos segundos me quiero centrar en este artículo.

En Madrid, Plaza 1 no ha dado toros, ya que no pudieron dar la Feria de San Isidro, que es donde sacan beneficio. Hace años que a Simón Casas le ronda por la cabeza el terminar con Las Ventas como plaza de temporada. Por eso, ha ido aumentando progresivamente el ciclo isidril, concentrando cada vez más festejos en ese lapso de casi mes y medio entre la Feria de la Comunidad y los festejos de verano. Muy probablemente sea cierto que los festejos fuera de feria no arrojan beneficios, pero se sostienen gracias a los enormes ingresos obtenidos en la Feria. Sin embargo, en estas condiciones, en las que tendrán que reducir muy notablemente el aforo, no se prevén tampoco grandes beneficios en San Isidro, por lo que quieren quitarse del medio la temporada, lo que supondría muchas menos oportunidades para las ganaderías y los toreros más modestos.

Ya sabemos que lo que no le convence a Simón, lo corta de raíz. Ya lo hizo en su día con la Grada Joven, que tanto le incomodaba por el espíritu crítico que en ella se estaba fraguando. Aquí, hay que dar las gracias a Manuel Martínez Erice que fue quien la creó allá por 2016 mostrando una gran visión de futuro en pro de la tauromaquia, a pesar de que era su último año de contrato. A él le debo agradecer que me pudiese abonar a Las Ventas.

Ahora Plaza 1 quiere acabar con la temporada venteña y lo hace de la forma más cobarde posible: escondiéndose. Han puesto sus ideas en boca del bueno de Florito, que ha alegado que no existen toros suficientes con trapío para Madrid como para dar una temporada. Nos toman por tontos. Precisamente, ahora hay un exceso de toros en el campo que no se han podido lidiar y, muchos de ellos, con cinco años, lo que les da más seriedad y facilita que sean aptos para la plaza más importante del mundo. Para más inri, el periodista que realizó esa polémica entrevista (Vicente Zabala de la Serna), lo justifica. ¡Cómo no lo va a justificar si su hermano trabaja para Plaza 1!

Si Plaza 1 no quiere dar toros en estas condiciones, que se vayan y dejen paso a los empresarios que este año sí han demostrado tener sobradas ganas de trabajar, como Alberto García de Tauroemoción o Lances de Futuro, comandada por José María Garzón. El no querer dar toros me parece más un pensamiento de antitaurino que de taurino. Maldito prefijo.

Pero Simón Casas y Rafael García Garrido no son los únicos empresarios “taurinos” en entredicho. A todo hay quien gana: “La Gran Alianza” arrasa por donde pasa destruyendo todo. Por supuesto hablo de la UTE Chopera-Bailleres, que se ha cargado plazas de la importancia de Bilbao o Salamanca con carteles sin interés y repetitivos. Unido a los elevadísimos precios que ponen a las entradas, la combinación es letal. Han echado al público de la plaza.

Por su parte, Francisco Rivera Ordóñez ha demostrado una vez más sus pocas luces. Alguno ni con una linterna en la frente brillaría. No lo hizo como torero, ni lo hará como empresario.

Con todo este panorama empresarial, no es de extrañar que el mejor “empresario” de los últimos años no haya sido un empresario.  Ha tenido que ser un alcalde con verdadera afición el que ha construido el mejor ciclo de novilladas del momento, apostando por la diversidad de encastes, con precios razonables y dando promoción y difusión a la fiesta. Qué gran labor hace Jesús Hijosa en Villaseca de La Sagra, y para colmo, tiene que soportar las críticas de los “taurinos”. Lo mismo que le ha sucedido a Garzón, a pesar de dejar en evidencia a ANOET y, particularmente, a Fran Rivera.

El pasado jueves en el programa “El kikirikí”, Adolfo Martín afirmaba que solo habían ido a ver sus toros desde Mont de Marsan, cuando en estas fechas ya se debería estar moviendo todo. Si no se dan toros, las ganaderías de bravo están condenadas a desaparecer y como bien dijo Victorino Martin “si cae el toro, cae la fiesta”. Juan Ignacio Pérez-Tabernero (ganadero de Montalvo), afirmó en los micrófonos de Toros que otro año así no lo aguanta nadie. El Ventorrillo fue la primera ganadería en ir al matadero por el Covid. Los empresarios se han pasado el año esperando “a ver qué pasa”. Pues que no sigan esperando otra temporada, porque hace ya bastantes años que nos dieron el primer aviso y el presidente D. Coronavirus ha sacado en este negro 2020 el pañuelo blanco para darnos el segundo. Que no nos den el tercero.

Mientras tanto, una vez más Francia dando ejemplo. Qué envidia. Ceret mantiene el cartel de 2020, los carteles de Istres están al caer y, hasta Simón, parece ponerse el mono de trabajo de Pirineos hacia arriba. Y que no se duerma porque Juan Bautista le quita su trono galo. Todos los proyectos que le pasan por la cabeza a Bautista son grandes. Está poniendo a Arles en primera fila y se retiró del toreo sin hacer ruido, con humildad, para formar su nueva ganadería “La Golosina”, procedencia La Quinta y para apoderar al niño prodigio del toreo, Marco Pérez. Hay que tener paciencia con el salmantino, pero, por lo pronto, Juan Bautista ya se ha adelantado a todos los demás, sabedor de que es un caso excepcional.

Esperemos que cuando a Marco le llegue el momento de mostrar sus tremendas cualidades en la plaza, podamos ir a verle y los taurinos con prefijo no hayan dejado morir antes a la tauromaquia. Los antitaurinos están fuera, por supuesto, pero, a veces, también dentro.

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