«CAMILLERO», UN TORO DE EXCEPCIONAL CLASE Y RECORRIDO

Qué pena que rechazasen dos toros de El Parralejo. Lo pensamos cuando se conoció la noticia de que entraban dos remiendos de José Vázquez y lo ratificamos en medio de la unánime ovación que despidió a «Camillero«. Los otros tres toros del Parralejo apuntaron buenas cosas, pero no rompieron, mientras que los de José Vázquez sirvieron para mostrar el mal momento de la ganadería madrileña.

«Camillero» le tocó en suerte a Miguel Ángel Perera. El pacense, tras olvidarse de la suerte de varas, realizó una faena muy ligada, marca de la casa. Tuvo la virtud de dejar la muleta siempre en la cara del toro para llevarlo embebido con temple, sin engachones. Pero también tuvo el «pero» de retrasar de forma evidente la pierna de salida, cayendo a veces en el «toreo-noria», tan aplaudido por la masa de público, pero que tiene poquito de puro y de verdad. Lo bueno es que Perera siempre muestra al toro en su muleta, por lo que pudimos ver su excepcional clase y recorrido. Sin ser un toro tan bueno como el de ayer de José Escolar (más encastado), también podemos decir que Perera estuvo algo por debajo. En Sevilla se han cuajado todos los grandes toros, pero aquí, de momento, de los tres que llevamos, ninguna faena ha sido rotunda, si bien ningún toro se puede decir que se haya ido sin torear. Tras unas bernadinas de infarto, muy ceñidas, los fallos con los aceros evitaron que volviésemos a vivir, quizás, un regalo presidencial en forma de Puerta Grande. Tal vez no, porque la faena era de oreja de haber matado bien, pero viendo lo que pasó el jueves con el doble trofeo a Emilio de Justo, cualquiera sabe.

Previamente, había lidiado un toro sin nada dentro de José Vázquez, al que además planteó la faena muy cerrado en tablas por el viento. No se entiende porque brindó al público ese toro que ya apuntaba lo que finalmente fue. Se puso muy pesado y escuchó dos avisos.
En este caso, lo mejor fueron los pares de Curro Javier, que se desmonteró, al igual que Javier Ambel en el cuarto, quien iba totalmente conjuntado con los colores de la bandera de la Comunidad de Madrid en su traje y en las banderillas en el día del patrón.

Isaac Fonseca llegaba a Madrid con ganas de comerse el mundo en su confirmación de alternativa. Sin embargo, su primero no le dio opción ninguna. El de José Vázquez, corraleado, se mostró abanto y la lidia parecía una capea. Qué desastre. Por sus ganas de agradar y de triunfar se pasó de faena y sonó un aviso cuando aún estaba toreando. El público lo respetó mucho por su currículum y porque era el primer toro y aún no estaban cansados.

Alguna protesta sí que escuchó en el sexto por ese motivo de la excesiva duración de sus trasteos. No obstante, prevalecieron los aplausos, como el que también se llevó Juan Carlos Rey (que se desmonteró), uno de los mejores toreros de plata de esta temporada.
Fonseca, a pesar del viento, empezó en los medios de rodillas y por la espalda. Al cambiar el viaje del toro a ultimísima hora este le desarmó y, además, se fue al suelo. Volvió a repetir la suerte y esta vez sí que le salió. En vertical dio otro cambiado por la espalda en ese prólogo. Mucho mérito. Dio muchas distancias al toro, algo que aún no habíamos visto en toda la feria, pero la faena fue brusca y, puesto que el toro estaba cogido con alfileres, se iba al suelo de forma repetida. Le pudieron las ganas a Fonseca, a quien se le puede cuestionar el temple o si era el planteamiento de faena más adecuado para ese toro, pero no sus ganas. ¡Cómo se la jugó en las bernadinas sin la ayuda! El toro no tenía ya recorrido y se le quedaba debajo. Las palmas de despedida reconocieron su esfuerzo. Le tienen que poner otra vez en el verano.
Mientras tanto, le queda la final de la Copa Chenel.

El precioso ensabanado capirote le cayó a Ángel Téllez. Fue el primero de los de El Parralejo y parecía de Pamplona. ¡Qué trapío! Aunque apuntaba tener buen fondo, le faltó fuerza para que Ángel pudiese hacer algo con él.

El quinto, otro toro imponente, se mostró muy bravo en los primeros tercios, hasta que bajó la persiana definitivamente. Se revolvió con casta en el capote de Téllez, con mucha repetición, y empujó en el caballo, al que derribó en los dos puyazos. Sin embargo, ya en banderillas se aplomó y se quedó agarrado al piso. ¿Tal vez por un puyazo en mal lugar? El caso es que todo lo bueno que había apuntado se apagó de golpe y Téllez se debió ir antes a por la espada, porque ahí no había nada que extraer. Así se lo hizo saber el público, que se cansó.

Plaza de toros de Las Ventas (20.547 espectadores). Toros de José Vázquez (primero y segundo) bien presentados y mansos y El Parralejo, muy bien presentados y con matices. Destacó la clase del tercero, fuertemente ovacionado en el arrastre.

Miguel Ángel Perera (de verde hoja y azabache): silencio tras dos avisos y ovación tras aviso.
Ángel Téllez (de grana y oro): silencio en ambos.
Isaac Fonseca, que confirmaba la alternativa (de corinto y oro): silencio tras dos avisos y ovación tras aviso.

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